Que no se conforman, se resignan o adecúan por ceguera, miedo o desidia a las píldoras, modelos de vida y sucedáneos de felicidad que el ámbito sociopolítico y cultural les ofrece.

Que aspiran a disfrutar plenamente de la vida y sienten que le faltan recursos para aprender a hacerlo.

Que están desilusionadas, hartas de la rutina, cansadas de hacer lo que no ama y de simplemente sobrevivir.

Que, aún no siendo fácil, se atreven a sacar a la luz, reconocer y sanar, sin juzgarse, ni buscar culpables afuera: su falta de amor a sí mismas, resentimiento, inseguridad, queja, victimismo, incerteza, su  gran miedo al cambio, para poder así, vivir de forma serena, relajada, sabia, y amorosa.

Que ya no quieren ceder su propio poder a los demás para que rijan o decidan como ha de vivir su vida.

Que deciden ser coherentes entre su sentir, hacer, pensar, decir y elegir, trascendiendo la dispersión, la duda constante  e incertidumbre de su mente psicológica egoica.

Que elijen Ser un modelo inspirador y de auténtica ayuda para los demás.

Que anhelan co-crear y experimentar un mundo más justo, pacífico, bello y amoroso, un  Paraíso en la Tierra.